Dentro del acervo “José Ignacio Rubio Mañé” que resguarda el Centro Cultural ProHispen, se halla un interesante folleto denominado -Estudio antropológico de la población rural no indígena de Yucatán, 1700- del Dr. Francisco de Solano en el cual se pueden encontrar datos muy reveladores sobre cuánta población blanca y negra habitaba en las poblaciones rurales de la península que en ese entonces se encontraba dividida en cuatro zonas: a) Costa y Beneficios Bajos (entre las que se encontraban las poblaciones de Dzemul, Suma, Conkal, Motul); b) la Sierra (donde se hallaba Muna, Ticul y Maní por mencionar solo algunas), Camino Real (Bolonché, Maxcanú, Halachó y Becal entre otros) y Campeche (Temozón, Tinum, Kaua).
Para la elaboración de su artículo editado en 1975, se apoyó en un peculiar documento que halló en el Archivo General de Indias de Sevilla, España títulado “Matricula y razón individual del número fijo de los individuos no indios avencidados en los pueblos de la guardianía de Yucatán”.Sin embargo, nos hace una advertencia: el documento no recoge la imagen completa de la península ya que no contabiliza la población no aborigen que vive en la zona rural de Valladolid y en Beneficios Altos. Al respecto sería pertinente hacer una puntualización y es que muchas de las poblaciones que se agrupan en Campeche son en realidad poblaciones circundantes de la otrora villa de Valladolid.
Sobre el grupo étnico blanco que habita en el área rural señala que se contabilizan, “en las cuatro provincias señaladas, un total de 321 individuos. Son criollos todos ellos, salvo seis provenientes de la España Peninsular (1 gallego (oxkutzcab), 1 de Sevilla (Telchac), 1 montañés de las “montañas de Burgos” (Bolonchén) y 3 de Canarias (Oxkutzcab). Los restantes 315 blancos son criollos, de los que cabe sospechar que bastantes entre ellos tienen entre sus ascendientes algún elemento de las razas aborigen y negra” (p. 19) y prosigue “Esa cifra de 321 individuos, distribuidos 160 en la Costa y Beneficios Bajos, 99 en la Sierra y 71 en Camino Real, ayuda a precisar la vaga imagen demográfica que se tiene del Yucatán Colonial. 700 blancos en 1646, en todo el obispado, repartidos 400 en Mérida y 250 en Valladolid. 498 blancos en 1742. Números endebles, ya que si 321 blancos se contabilizan en las zonas rurales en 1700, el número asentado en los centros urbanos eleva sensiblemente esa cifra” (p. 20).
