Esta cuestión la aborda ampliamente Cantón Rosado en un artículo del libro Leyendas y tradiciones yucatecas (1951) quien advertía desde un inicio, la carencia de un consenso entre los antiguos historiadores sobre el tema.
Cantón comienza refiriéndose a Cogolludo, uno de los más autorizados historiadores de la península de Yucatán quien “ateniéndose a la versión de Remesal y Torquemada, que un sacerdote maya llamado Chilam Balam, de maní, poco antes que vinieran los españoles profetizó su venida y mostró a los indios la señal de la cruz y que la hizo construir de piedra y la puso en los atrios de los templos, y que desde entonces muchas, muchas gentes (sic) iban a verla y la veneraban”.
Sin embargo, el escritor vallisoletano Dr. Pedro Sánchez de Aguilar argumentará una idea diferente al señalar que “si se hallaron cruces en Yucatán, se debió a que, cuando Hernán Cortés halló a Jerónimo de Aguilar en la Isla de Cozumel, puso allí una cruz, que mandó adorar; y que de esta cruz tomó motivo un sacerdote idólatra (o Chilam Cambal) para hacer una poesía en su lengua en que dijo que la gente nueva que había de conquistarlos, veneraba la cruz”.
Retomando de nuevo a Cogolludo, Cantón refiere que “cuando se descubrió Yucatán, no sólo se halló una cruz, sino muchas, y entre ellas una de cal y canto, de altura de diez palmos en un templo muy visitado y famoso de la isla de Cozumel. Dicha cruz “principal” podría ser la que se encontraba en el convento de los franciscanos en Mejorada, donde le hicieron grabar un rotulo que dice “Esta cruz se halló en Cozumel sin tradición”.
Stephens, en su libro Incidentes de viaje a Yucatán, refuta esa idea al decir que dicha cruz era solo una entre muchas otras erigidas por los españoles en la isla después de la conquista, lo cual invalida la creencia de que los indígenas ya la veneraban desde antes.
Pero ¿Qué opinaba el Obispo Carrillo y Ancona, especialista en la historia antigua de Yucatán? El decía en su libro Relación de las cosas de Yucatán que “No debemos omitir aquí que el lugar principal de la cruz era, para los mayas, la isla de Cozumel y que ella era por eso, en su estimación, como Jerusalén, así como Izamal era la Roma de esta parte del mundo”.
Este texto de Francisco Cantón Rosado titulado “La cruz de Cozumel” fue recopilado dentro del libro Leyendas y tradiciones yucatecas. Tomo I. (1952) Segunda Edición de la Editorial Yucatanense “Club del libro” y puede ser Consultado en el Centro Cultural ProHispen.
Francisco Cantón Rosado (1833-1917) fue un general vallisoletano y gobernador yucateco. Al final de su texto señala que la “Cruz de Cozumel”, a la cual hace referencia Cogolludo, se conservó hasta 1883 en el Convento de la Mejorada y posteriormente en el Museo Particular de la Universidad Ibero-americana de Mérida.
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