CRÓNICA DE HOY: El día que dos príncipes de Chichen Itzá se disputaron el amor de Oyomal

Cuenta una leyenda maya que a medio kilómetro al sur de la plaza de Kaua, pueblo del partido de Valladolid, existe una oquedad de gran tamaño y buena profundidad desde donde es posible apreciar numerosas galerías subterráneas bastante extensas y de considerable altura. No se sabe si son obra de la ingeniería maya del pasado con el fin de construir una ciudad subterránea o cementerio antiguo o bien, obra de la naturaleza misma. Sin embargo, se cree que su existencia está íntimamente ligada a Chiche Itzá, ya que se cree se conectan a través de los 20 kilómetros que las separan.

Lo que sí es que “Vivía en la corte de Chichen Itzá el sumo sacerdote H´Kinxoc, padre de una preciosa niña en quien los cielos se complacieron a derramar sus dones; la núbil Oyomal (timidez).

Los hermanos Ac y Cay ignoraban la existencia de esta beldad; conociéronla y ambos se prendaron de sus gracias […] y como chocan en el espacio nubes cargadas de electricidad […] así la pasión formidable despertada en los corazones de estos príncipes, estalló en rivalidad titánica y odio cordial […].

Flechas fueron el varonil semblante y ardiente mirada de Cay que tan afectuosamente había expresado su cariño a la itzalana […] que no pudo menos que corresponder a la llama que ardía en los ojos del príncipe y decirle también en lenguaje no aprendido: Te amo.

¡Ay del hermano traidor que me roba su afecto! ¡Ay de la ingrata que da su preferencia por otro! Rugió Ac; ¡aquí de mis guerreros y compañeros de armas, prended al príncipe Cay y […] encerrad en el claustro de las vírgenes a la ingrata Oyomal.

-¿Me quieres?- Decía Cay mientras resonaba en el palacio del Sol, la voz imperiosa del príncipe Ac.

-Cómo las plantas al roció del cielo, como las aves al primer rato del sol matutino, -respondió Oyomal.

Los sicarios de Ac se apoderaron del amante, llevándole para encerrar en la hondonada de Kaua […] y a la joven se le encerró en el claustro de las Vírgenes de Chichen Itzá.

“Pasaron muchos soles… muchos y éste terminada la magna obra (túnel que conecta la hondonada de Kaua con Chichen Itzá), apareció en la estancia como evocado por su amada, repitiendo las palabras de su idilio amoroso”.

-¡Maldición! – Rugió Ac, quien llegó en aquel momento a su cotidiana visita y tenaz pretensión.

[El príncipe Cay] desapareció con Oyomal por el laberinto de la mina que había traído. Lleno de cólera siguióles Cay con numerosos guerreros quienes, alcanzando a los fugitivos, diéronle muerte y sepultura en el subterráneo”.

En las noches del mes Yaax (enero), se escucha como un lamento en las criptas y una voz que parece quejido exclama: ¡Yacunáh!”*

*Amor


El texto es una Leyenda maya escrita por Manuel Rejón García (Marcos de Chimay) originalmente titulada “Las criptas de Kaua” y recopilada dentro del libro Leyendas y tradiciones yucatecas. Tomo I. (1952) Segunda Edición de Editorial Yucatanense “Club del libro”. Este material puede ser consultado en el Centro Cultural ProHispen.

Manuel Rejón García, fue un escritor yucateco autor del libro Supersticiones y leyendas mayas editado en 1905, de donde se retoma la leyenda. En La Enciclopedia Yucatán en el tiempo, no se encuentran los años de su nacimiento ni muerte, sin embargo es considerado junto Antonio Mediz Bolio entre los leyendistas yucatecos más importantes.

El texto fue editado para presentar una versión corta, sin embargo se mantuvo textual el contenido del mismo, el cual queda entrecomillado de inicio a fin.