En emotivo homenaje celebrado el pasado 1 de octubre a las 5:00 de la tarde en la casa que la vio nacer, familiares y allegados a la profesora Mildred Aguilar Bates compartieron anécdotas y enseñanzas con las que la estimada docente marcó sus vidas durante el ejercicio de su profesión, en el municipio de Valladolid. Durante 33 años, la maestra Mildred inculcó a sus alumnos el amor al arte a través de la poesía y la música, lo que le valió el cariño la sociedad vallisoletana, que abarrotó el predio donde vivió desde 1937, hasta su fallecimiento en el 2000; y en donde el día de ayer, se develó una placa para honrar su labor.
El acto estuvo encabezado por los hijos de la homenajeada: Rita Flor, Manuel y Leonel Escalante Aguilar, quienes visiblemente conmovidos agradecieron el gesto del Patronato Pro Historia Peninsular en reconocer la trayectoria de su madre. Colegas, alumnos y gente que la conoció acudió al llamado también, para celebrar la memoria de la extinta profesora.
La ceremonia estuvo dirigida por el Mtro. Efraín G. Medina Alcocer, Director del Centro Cultural ProHispen quien señalo que la maestra Mildred se distinguió por su impulso a la cultura de su muy querida Valladolid. A través de la estrecha relación con niños y jóvenes, trató de transmitir sus mensajes de unión y armonía; y sobre todo, despertar en sus alumnos el amor a su tierra. Escribió poesías y canciones plasmando en ellas el orgullo que sentía por ser vallisoletana. Algunas de ellas fueron premiadas en diversos certámenes musicales y literarios.
Durante sus 33 años de trabajo magisterial, no solo instruyó a los niños en ciencias, sino que les transmitió el arte de la declamación, el arte y la música, pues por largos años se encargó de preparar festivales de clausura, primavera, rondas infantiles, fiestas navideñas y estudiantinas en los carnavales.
El director no omitió señalar que esta era la placa número 48 que ProHispen develaba a lo largo de 25 años de vida y la primera que tenía lugar en Valladolid y que se suma a las que se han develado en otras ciudades como Izamal, Tekax, Progreso, Motul y Chemax.
En representación de su familia, su hijo Leonel Escalante Aguilar compartió con los presentes diversas remembranzas que a nadie le fueron ajenas: el aroma del fogón, las clases de piano y la pasión que la profesora sentía por su vocación. También destacó el importante legado que su madre dejó a su paso por las escuelas de Valladolid, y que a la fecha continúa rindiendo frutos. Por su parte, la nieta de la maestra Mildred, Paula Rivera Escalante, dedicó unas palabras a su abuela, a quien finalmente envió "un beso hasta el cielo", valiéndole una prolongada ovación.
Antes de finalizar con la emotiva ceremonia, la Presidenta del Patronato Pro Historia Peninsular de Yucatán, Maragarita Díaz Rubio tomo la palabra y a nombre del Patronato agradeció a la sociedad vallisoletana su presencia y se refirió a la homenajeada como una mujer preclara, mujer de su tiempo.
Acto seguido, los asistentes procedieron a degustar unos deliciosos bocadillos antes de asistir al concierto que el gran pianista vallisoletano de talla internacional, Manuel Escalante Aguilar, hijo de la homenajeada ofrecería en el ex Convento San Bernardino de Siena.
